lunes, 9 de agosto de 2010

Una mirada vale más que mil palabras

Este niño creo recordar que se llamaba Orlando, solo lo vi en dos ocasiones, uno de los primeros días fuimos a comprar al mercado, el niño nos vio y nos siguió, imagino que fue porque Santi iba degustando un plátano, nos sentamos en un murito y el niño se sentó con nosotros, Santi le dio un plátano y estuvimos un ratito hablando con él, de su familia y de su vida.

Al cabo de varios días estábamos viendo un espectáculo en el parque del pueblo y cual fue mi sorpresa cuando de repente alguien pequeñito se me abraza y allí estaba él con una gran sonrisa en su cara, no puedo expresaros lo que sentí, nunca más lo volví a ver pero su cara ya no la olvidaré nunca.






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